Homosexual, ¡y qué!
Aún, en pleno siglo XXI, se desconocen las causas primarias de la homosexualidad. Se han elaborado teorías, y se han realizado numerosísimos estudios, que no han llegado a ninguna conclusión científicamente clara. Se ha intentado explicar la homosexualidad desde la concepción de enfermedad mental, los trastornos hormonales o la influencia parental del miembro del mismo sexo. En la actualidad, se ha llegado a la conclusión, de que, aún desconociendo las pautas de su desarrollo, la homosexualidad, así como la heterosexualidad, se deben a una combinación de factores que empiezan a interactuar desde la infancia. De ahí, que se haya desmoronado una concepción de voluntad, que en muchas ocasiones se ha traducido en la idea de vicio o de degeneración personal.
Miedo y vergüenza
Las personas no pueden elegir su orientación sexual, lo que sí se puede elegir es llevar a la práctica sus deseos, sus fantasías, y sus sentimientos sexuales. Y no hacerlo puede deberse, en gran parte, a la presión social, que aún hoy en día, se sigue ejerciendo sobre las personas que se reconocen como homosexuales. Vivir esta situación desde la vergüenza, el ocultismo e incluso el miedo es una realidad para más de una persona. Sentir que uno puede ser rechazado por sus iguales y por la sociedad, incluso por su propia familia, no es positivo para nadie, ni siquiera para la propia sociedad. De hecho, ésto es lo que les sucede a muchos adolescentes que se reconocen como homosexuales: viven con gran miedo sus sentimientos. Por ello, es bastante frecuente que estos adolescentes que ocultan su condición se enfrenten a todos los retos que abundan en esta etapa de la vida en medio de una gran soledad. Por todo ello, se hace necesario aportar a los adolescentes una información y una formación adecuada, educándolos para que puedan vivir su sexualidad de manera saludable, orientada hacia sus deseos, sin miedo y con libertad. Y por enésima vez, siendo egoístas, también para que seamos todos un poco más libres y nuestra sociedad mucho mejor.
Miedo y vergüenza
Las personas no pueden elegir su orientación sexual, lo que sí se puede elegir es llevar a la práctica sus deseos, sus fantasías, y sus sentimientos sexuales. Y no hacerlo puede deberse, en gran parte, a la presión social, que aún hoy en día, se sigue ejerciendo sobre las personas que se reconocen como homosexuales. Vivir esta situación desde la vergüenza, el ocultismo e incluso el miedo es una realidad para más de una persona. Sentir que uno puede ser rechazado por sus iguales y por la sociedad, incluso por su propia familia, no es positivo para nadie, ni siquiera para la propia sociedad. De hecho, ésto es lo que les sucede a muchos adolescentes que se reconocen como homosexuales: viven con gran miedo sus sentimientos. Por ello, es bastante frecuente que estos adolescentes que ocultan su condición se enfrenten a todos los retos que abundan en esta etapa de la vida en medio de una gran soledad. Por todo ello, se hace necesario aportar a los adolescentes una información y una formación adecuada, educándolos para que puedan vivir su sexualidad de manera saludable, orientada hacia sus deseos, sin miedo y con libertad. Y por enésima vez, siendo egoístas, también para que seamos todos un poco más libres y nuestra sociedad mucho mejor.
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